cronica

Lo de siempre, los resultados y lo que ha hecho el equipo «B» los demás equipos pues no quieren porque sí pueden, poner alguna cróniquita, aunque sea chiquitita, chiquitita.  Resaltar que en el puente, si se juega, luego la 6ª ronda el 3 de noviembre.

Móstoles A 6 – Alcobendas A 2.  24 puntos y me imagino que se pondrán entre los 10 primeros

Blanco y Negro C 6 – Móstoles B 2. 18 puntos y me imagino que bajamos hasta el puesto 40º o así

Móstoles C 3 – Blanco y Negro E 5. 18 puntos y me imagino que a la par del B pero con peor desempate.

El Encuentro del B. Pues nada reseñable hasta llegar al estupendo local del rival. Jugamos Iván de primer tablero, yo de segundo, Miguel Ángel de tercero y Luis Mena de cuarto.

Fue sentarnos, comenzar las partidas y ver como Luis en la jugada 4 ( que riéte tú del gol en 13 segundos del nuevo del alieti contra el Betis) y consumiendo unos 6 segundos de su tiempo pierde un caballo. Volví a concentrarme en mi partida y unos cinco minutos más tarde volví a ver lo que hacían los compañeros y Luis ya había terminado con casi todos los muñecos que le quedaban vivos en la anterior visual. Casi a la par el rival le anunciaba mate y efectivamente,  lo era. Perdíamos por 1 a cero.  Ya a un ritmo normal, se fueron decidiendo las otras tres partidas. La de Iván no pintaba mal, la de Miguel Ángel estaba algo achuchadita y la mía pintaba bastante bien. Empiezan a agotarse los tiempos y se deciden las partidas. La que pintaba mal, se reafirma en su maldad, y se palma y la que pintaba bien, por simpatía hace lo mismo que la que pintaba mal y también se pierde. Yo gano la mía, no viendo un mate en una, pero menos mal que tenía una ventaja amplia y mi sistema de ganar en más jugadas también funcionó.  Global del encuentro, palmamos 3 a 1.

Descanso para ir a tomar café, dar consejos a Luis de que en este deporte no se prima la velocidad, como en las motos que echaban en la tele y que normalmente la primera jugada que se nos viene a la mente no es la buena y que hay que ver las demás posibilidades. Jiji, jaja y a jugar la segunda partida.

Luis no llegó a calentar la silla en la segunda partida. Repitió el proceso de la primera, pero esta vez cambiando los colores de las piezas, con lo que se demuestra que es igual de fuerte con blancas como con negras, tal y como sospechábamos. Hemos decidido que cuando vaya a jugar, entre 10 minutos más tarde que los demás, para que sus partidas por lo menos traten de llegar al cuarto de hora.

Después de este ensañanamiento con nuestro pobre Luis, los 3 que quedábamos. Miguel Ángel gana su partida, y como le suele pasar en sus encuentros la segunda partida es mucho mejor que la primera y la suele ganar y otra vez, mejor en todas las fases. Iván luchó con un rival que no le dió opciones, y perdió seguidamente. Por mi parte yo fui el último en terminar. Una floja apertura, recuperación en el medio juego y probablemente dejando escapar alguna jugada fuerte en esta fase del  juego, llegamos a un final de torres con peón de menos, pero con rey bien situado para tratar de hacer tablas. Cómo al rival le bastaban  para ganar el encuentro y no tenía que arriesgar, y yo no tenía mucho que hacer más que tratar de conseguirlas, el rival me las propone y yo acepto. Perdimos por tanto por menos; 2,5 a 1,5.

Vuelta a Móstoles, en concreto al bar Avenida, sitio de reunión habitual los días de encuentro entre los equipos que juegan en casa y los que llegan a tiempo para tomar algo y compartir la jornada, y empezar la tarde del domingo, sabiendo que el lunes hay que currar, y con eso de que anochece antes por el cambio de hora, acumular las circunstancias propicias para estar en casita viendo pelis.